Vénganse todos

3 de Abril de 2009, CIUDAD DEL VATICANO - De bailarina, que se especializaba en bailes "Privados" y de baile erótico, durante años fue animadora de los clubes nocturnos de Milán más transgresores, se convirtió a una "Bailarina de Dios", creadora de una nueva forma de danza, "el Santo de baile", que ahora enseña a grupos de jóvenes bailarines, algunos de ellos el 7 de abril actuaron frente a los obispos, cardenales, simples fieles, en una de las más antigua y evocadora basílicas romana de la Santa Cruz en Gerusalemme, en un evento dedicado a la Biblia.

Es el largo camino de conversión que marcaron la vida de la hermana Anna Nobili, de 38 años, exbailarina exótica, en las difíciles y temeraririas noches de Milán, donde también se contrato para "entretener" con pasos de baile sin inhibiciones a todos los hombres, atraía a los clientes sólo por su belleza, reconoce "estaba tirando una vida con el alcohol y el sexo, sin amor verdadero”. Su encanto permaneció intacto incluso con el hábito de las Monjas Obreras de la Santa Casa de Nazaret, donde realizo sus votos en septiembre pasado en la catedral de Palestrina. Fue como la fase final de un largo viaje de investigación, estudio y meditación en la que la religiosa había llegado después de la repentina "conversión" en Asís.

la conversión que "golpeara" a Anna de 25 años - quien bailaba desde los 18 - sucedió durante un viaje a Asís siguiendo los pasos de San Francisco y Santa Clara - Relata - "En Asís, delante de la Iglesia de Santa Clara, sorprendida por el cielo, por los colores, por la paz, me puse a bailar entre el estupor de la gente”, explicó. “Cuando regresaba en tren a Milán sentí que Dios estaba dentro de mí. Había renacido, estaba transfigurada”, dijo sor Anna, vestida con sus hábitos de las Monjas Obreras de la Santa Casa de Nazaret.

Continuar leyendo

Sor Anna - cuya vida es casi seguro que inspiran un musical - después de los votos no ha dejado de bailar. El obispo de Palestrina, Domenico Sigalini, ha confiado la tarea de enseñar a la juventud la "danza sagrada" en el centro pastoral juvenil de la diócesis. "Nombramiento que llevo acabo con pasión y entusiasmo, porque - confiesa - Yo puedo guiar a las niñas y los niños en un viaje de fe y de la investigación en el mundo artístico de la danza que llevo siempre dentro de mí."

Con el mismo entusiasmo, la hermana Anna bailo en la Basílica de la Santa Cruz en Gerusalemme, donde su actuación será la excepción de un congreso bíblico-teológica presidido por el Arzobispo Gianfranco Ravasi, Ministro de Cultura de la Santa Sede, que bendecira a la nueva capilla de la palabra y presentar el libro "La Biblia día y noche" a partir de la lectura completa del Antiguo y del Nuevo Testamento, organizado por Giuseppe De Carli, historiador de la Ciudad del Vaticano TG1, Balestra y Elena, y transmitido en vivo el pasado mes de octubre y en Raiuno Rainternational.

"Junto con mis alumnos - preve la religiosa - presentará una mística coreografía titulada" Jesús la Luz del mundo ", por quien siento inspirada por el Evangelio de Juan, un himno al triunfo de la luz en la oscuridad, del bien sobre el mal a través de la el amor de Dios. " Casi una autobiografía de una coreografía monja bailarina que prácticamente inventó una nueva forma de orar a través de la forma de arte más afines a ella: la danza contemporánea.

Cuando Sor Anna habla de su nueva vida que no tiene miedo a comparar, incluso públicamente, con su turbulento pasado, cuando, además de baile erótico y sexual, también tenía que ser parte del ballet de de las transmisiones de la RAI y Mediaset. Después de haber realizado un largo viaje de meditación, investigación, los disturbios, incluso el sufrimiento. Hasta el año pasado, cuando se pronuncian los votos para entrar en la Congregación de las Hermanas de la Santa Gasa trabajadoras de Nazaret, las mismas hermanas que prácticamente han obligado a seguir el baile para enseñar a los jóvenes la coreografía de danza moderna que sor Anna trae consigo una nueva forma de ofrenda, la búsqueda de la fe en Dios y el amor por Jesucristo. Y Sor Anna, que no lo penso dos veces, para renacer a una nueva vida, pero siempre siguiendo la danza.

Para sor Anna “rezar con el cuerpo” es su objetivo, “entramos así en sintonía con la Palabra de Dios. Justo como enseña San Pablo cuando dice que el cuerpo es el templo del Espíritu Santo”.
La superior de las Monjas Obreras de la Santa Casa de Nazaret, sor Paula, explicó que, “después de una bella conversión, sor Anna es ahora una monja santa que ama muchísimo al Señor”. “Además ha creado una escuela que se llama Holy Dance (Danza Sacra) por la que ayuda a los niños a hacer la catequesis a través de la danza”, concluyó.

Aqui una muestra de su baile



Fuente: La Repubblica.it

Traducciòn: Cayman